sábado, 28 de mayo de 2016

Y yo camino…


Yo, cuando camino… ahondo en mi pecho
y siento flamante este sangrante puño;
que se exalta en mis emociones y no me abandona,
aun muriendo en cada vez, en cada sueño.

Muerto al despertar...

Cuando camino…
siento que hay algo en este ataúd,
que lo vuelve podrido,
y me viabiliza a escapar,
¡es que cuando marcho se me evocan bellas cosas!

Me imagino tanto, que quizá nunca vea.

Los caminos son larguísimos;
los más simples son laberintos que nunca salen;
los más hermosos son los que abaten al promontorio
y rompen tejados de ansiedad.

En fin,
cuando yo marcho
me olvido de mi nombre Azar
y me vuelvo el motivo de Alguien más;

Para talvez suspirar el haber llorado tanto,
a lo antes, al pasado.

Y vuelvo a caminar,
porque allí me siento vivo;
y cuando pare de hacerlo es porque…
¿habré reencarnado?



©


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