Ellas, soledosas madres
Arrullo,
cuna; senos que nos muestran la vida;
constancia
y consejo
de
los cuales nos ceñimos y elongamos por algún camino.
Porque
hay varias cosas que nos vuelven fuertes:
el
grito a la ceguera de las noches,
el
desamparo de los supuestos estámbricos pilares
y
la crianza que nos empeñan nuestras soledosas madres.
Ellas,
soledosas madres…
Arrullo
y cuna, sustento y esperanza de los humanos resilientes.
mientras
los vemos desaparecer a ellos en lejanas latitudes;
ellas
están resguardándonos de la ceguera de la noche
y
de cualquier dolencia que haga mella
en
nuestro frágil espíritu de cría.
©
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