sábado, 25 de marzo de 2017

Estirándonos


¿Adónde se fueron aquellas tertulias?,
aquellas de cuatro de la tarde,
cuando el sol ya se aburría
y la brisa nos batía el aliento.

¿Adónde se fugaron aquellas gráciles figuras
que nos asaltaban de repente?

Y de repente vamos desapareciendo;
ya ni nos importa ciertas cosas recordar:
aquellos sucesos que nos sellaron el espíritu
con trozos de vidrio e hilo.

Nos vamos estirando,
y se nos nacen estrías,
estrías de espíritu y llanto.

Y luego nos adaptamos;
 ya se nos han escapado los sueños;
es hora de bien vestir y sentarse,
de ganarse la muerte.

Ya estamos maduros,
y nuestros anhelos han caminado sobre ciénagas.

Ahora no podemos fantasear más,
porque estamos estirados,
y ya listos para ganarnos la muerte.

©

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