lunes, 6 de marzo de 2017

Chocolate con vodka


Y a veces hay gestos que manean de a poco;
como tramas repentinas y evocosas;
Como piel de labios,
que a veces roza la herida que transecta el esmalte
y otras veces la besa.

La chocolate estaba tibia
(muy caliente no me acaricia como debe).
Le puse el vodka en arrimo,
entrañándole el cuerpo

Se volvió aquello más dilatado,
por la altivez de su volumen.
Su sabor fue como un fuego envuelto en sutileza,
y encapullado de tibieza y destilado.

Y se me encapulló la lengua,
y se me destiló el paladar.

Cada trago pasó como lumbre lejana,
en medio de un remolino
de libidos carpelos bofos.

©

No hay comentarios:

Publicar un comentario