sábado, 25 de marzo de 2017

Estirándonos


¿Adónde se fueron aquellas tertulias?,
aquellas de cuatro de la tarde,
cuando el sol ya se aburría
y la brisa nos batía el aliento.

¿Adónde se fugaron aquellas gráciles figuras
que nos asaltaban de repente?

Y de repente vamos desapareciendo;
ya ni nos importa ciertas cosas recordar:
aquellos sucesos que nos sellaron el espíritu
con trozos de vidrio e hilo.

Nos vamos estirando,
y se nos nacen estrías,
estrías de espíritu y llanto.

Y luego nos adaptamos;
 ya se nos han escapado los sueños;
es hora de bien vestir y sentarse,
de ganarse la muerte.

Ya estamos maduros,
y nuestros anhelos han caminado sobre ciénagas.

Ahora no podemos fantasear más,
porque estamos estirados,
y ya listos para ganarnos la muerte.

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lunes, 6 de marzo de 2017

Bebamos nuestras esencias


Vámonos a tomar esencias
a la cabaña del testimonio.
Frío casi no hace,
todo va lánguido en su disgusto;
tampoco abrasa;
ya que el abraso y el tiriteo nos harían saltar.

Salgámonos un rato
y violemos la integridad de algún suspiro.
Talvez la sacra mano de los inmaculados
no degolle algún otro respiro.

Instalaremos voceos repentinos,
de esos epidémicos y parafílicos.
Y ya que no soy bueno para los reflejos,
reflejar intentaré alguna defunción en descenso.

Corramos a beber cosas;
te obsequiaré derroches blancos,
si vos me destilás los torrentes de tu otra boca.

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Chocolate con vodka


Y a veces hay gestos que manean de a poco;
como tramas repentinas y evocosas;
Como piel de labios,
que a veces roza la herida que transecta el esmalte
y otras veces la besa.

La chocolate estaba tibia
(muy caliente no me acaricia como debe).
Le puse el vodka en arrimo,
entrañándole el cuerpo

Se volvió aquello más dilatado,
por la altivez de su volumen.
Su sabor fue como un fuego envuelto en sutileza,
y encapullado de tibieza y destilado.

Y se me encapulló la lengua,
y se me destiló el paladar.

Cada trago pasó como lumbre lejana,
en medio de un remolino
de libidos carpelos bofos.

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